ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA

No tenemos un estándar aplicable a varios pacientes. No clasificamos a los pacientes en grupos. Cada paciente es único aunque comparta con otros el mismo tipo de manifestación sintomática. Por eso, la atención es siempre particularizada según cada caso, única para cada paciente.

El discurso del paciente es, como su historia,  particular. Por eso el tratamiento no puede ser de otra manera que particularizado. De ahí que la orientación se modifica para cada uno, variando incluso a lo largo de cada trayecto terapéutico. No creemos que pueda hacerse de otro modo si pretendemos una clínica auténticamente individualizada.

Entendemos que el malestar es la manifestación de un conflicto que el sujeto no puede abordar o solucionar únicamente a través de la consciencia, dado que hunde sus raíces en una problemática inconsciente que lo divide. Por eso nuestra práctica apunta a solucionar el conflicto en el nivel en el que se produce, del que el síntoma es sólo la fachada molesta.